18 septiembre 2009

Libre

Se acercaba el momento. En unos segundos, la campana acabaría sonando y daría comienzo el recreo. Él solía comer solo, apartado de los demás, pero siempre un grupo de chicos se acercaba a él para tirarle su comida al suelo y reírse de él.

Era una situación que lo amargaba, pero que la tendría que pasar todos los días hasta que consiguiera salir de ese infierno en el que parecía encontrarse atrapado.

La campana suena, los alumnos de la clase corren hacia el patio para poder llevar a cabo sus minutos de descanso.

Como siempre, el chaval se sentó sólo para comer tranquilo. Sin embargo, ya veía a los chicos de siempre acercarse a él con gesto burlón. Todo volvía a comenzar de nuevo: las burlas, los empujones, y lo peor de todo para él en su opinión, la humillación en público, y en especial delante de esa chica que tanto le gustaba desde que llegó a ese horrible lugar.

Quizá ella era una de esas pocas cosas que le aminaban estando ahí, pero al ser algo inalcanzable para él, el hecho de sufrir esta humillación diaria solo era una prueba de lo mucho que deseaba desaparecer y estar en otro lugar completamente diferente.

Sin embargo, las cosas habían cambiado un poco. La chica se había estado acercando cada vez más a él, día tras día, lo cual no era tampoco algo alucinante, ya que mientras ella más se acercaba, más los matones le insultaban. y llegaban a un momento en el que le pegaban.

Hasta el día en el que ella estubo lo suficientemente cerca de él para llegar a hablarle:
"¿Por qué dejas que esos chicos te humillen de esa manera?"

Tímidamente, el chico se dispuso a contestarle, sin embargo los brazos de uno de los matones le agarraron y le lanzaron contra el suelo, seguido de una serie de patadas directamente hacia su costado.

Realmente esto no fue lo que le cabreó de todo esto, por mucho que acabara siendo humillado un día más en su patética existencia, lo que más le fastidió en ese preciso momento fue el hecho de que la chica acabara mirando hacia otro lado y apartándose del lugar.

"Quiero irme de aquí, no quiero seguir en este lugar" -Fue lo que circuló en la mente del muchacho. Tenía los ojos cerrados, no quería ver nada más.

Y después sólo hubo silencio. Cuando abrió los ojos se encontró tras la verja del colegio, tras la que pudo ver a los demás alumnos, y en especial a los matones que observaban desconcertados a su alrededor.

La chica sin embargo, sí sabía dónde estaba, puesto que se encontraba al otro lado de la verja. Puso la palma de la mano en la verja y el chico apoyó su mano contra la suya.

"¿Has sido tú? ¿Tú me has llevado hasta aquí?" -Preguntó él.
"Sí, ahora vete y olvida todo lo que ha pasado. Te quiero"

El chico la observa sonriente, y dejando escapar unas lágrimas le respondo:

"Gracias"

THE WORLD IS NOT ENOUGH

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pasé por algo así.Espero que sea sólo un escrito inventado,pero si no es así, o sea la historia de alguien que conoces, por favor PIDE AYUDA, nadie tiene derecho a hacer daño a nadie.Quienes lo hacen son COBARDES , no valen NADA

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario anterior,Sólo los cobardes actúan en grupo y atacan a los que creen mejor que ellos .
Saludos y a por ellos.

FATMAN dijo...

Es un texto inventado, sin embargo no descarto de que cosas peores están ocurriendo actualmente.

En mi caso no iban más allá de insultarme.

Gracias por el comentario :D

alguien... dijo...

absolutamente impresionante a ver si enncuentro hueco y desarrollo un comentario decente.
Sigo con ustedes!!!

Anónimo dijo...

el valiente dura hasta que el cobarde quiere
asi que si te dejas eres cobarde tienes que hacer frente a los problemas y no huir ni tampoco soportalos