24 mayo 2009

Solo en la oscuridad

Normálmente solía caer rendido en la cama sin pensar en nada y alejándose poco a poco del mundo a través de sus sueños. Sin embargo, esa noche no pudo soñar. Esa noche no podía dormir.

Se levantó de la cama y se puso lo primero que vio en el armario. Cogió sus llaves y salió de la casa para caminar en la oscuridad de aquella tenebrosa noche. Las calles estaban iluminadas solo por unas pocas farolas que luchaban por seguir iluminando, aunque parpadeaban tímidamente y el chico compartió su dolor.

Se miró en los escaparates de las tiendas cercanas. El reflejo le mostraba a sí mismo, aunque realmente no se miraba, ya que tenia la mirada perdida y casi podía sentir como sus ojos atravesaban el cristal del escaparate para desvelar el interior de la tienda.

Siguió andando, parecía el escenario perfecto de un asesinato. Sin embargo esa idea atravesó también su mente. ¿Era un loco símplemente por pensar en la muerte en un momento y en un lugar como ese?

¿Y si verdadéramente estaba loco? ¿Y por qué parecía importarle tan poco lo que pensaban los demás?

Aún así, esa noche no iba a matar a alguien. Esa noche iba a ser más especial. Se paró en una solitaria calle iluminada tan solo por una pequeña farola y por las luces de una casa cuyos dueños debían de haber salido por ahí.

Se apoyó en una pared cercana. "Es muy tarde", pensó él. Aún así el impulso le hizo coger el móvil. Marcó un número. Estaba muy nervioso. Al poco tiempo saltó el contestador, aunque ya era algo que esperaba.

"Deje du mensaje después de la señal", citaba finálmente el despertador. Sintió la necesidad de colgar, sin embargo, habia llegado tan lejos que ya le era imposible volver atrás.

Casi sin poder hablar surgieron dos palabras de sus labios, que en aquella oscura calle parecían resonar como un mensaje divino: "Te quiero", fue lo que dijo.

El chico apaga el móvil, ahora se sentía solo en la oscuridad.

Ya era hora de volver a casa.

THE WORLD IS NOT ENOUGH

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